EL CONOCIMIENTO DE SÍ
©GIUSEPPE ISGRÓ C.
Al-Gazzali,
uno de los principales místicos sufíes, nació en el siglo XI –d.n.e. Su
percepción de la realidad universal se vio acrecentada al meditar sobre un
aforismo atribuido a Mahoma: -“Aquel que se conoce a sí mismo, conoce a Dios”.
Dice Al-Gazzali: -“Nada hay más cerca de ti, que tú mismo, y si no te conoces,
cómo puedes conocer ninguna otra cosa? Este conocimiento debería contemplar: 1)
Qué es la persona en sí misma. 2) De dónde viene? 3) Hacia dónde va? 4) Con qué
objeto está aquí? 5) Cuáles son los atributos esenciales que aportan la
auténtica felicidad? 6) En qué radica la verdadera felicidad? El planteamiento
es lógico: Si se desconoce lo que se busca, -cómo se va a alcanzar? El naranjo
da naranjas porque sabe lo que quiere y como lograrlo. Alguien lo duda?
Sugería
Al-Gazzali que, en primer lugar, se debe someter bajo el propio autodominio los
instintos; y que, luego, hay que alcanzar los orígenes. –Cuáles son esos
orígenes? El “yo superior”: el Espíritu
y los atributos divinos que les son inherentes. Se requiere ejercer la
dirección de los propios pensamientos y sentimientos por el canal de la
polaridad positiva, para que, las palabras y los actos se adecuen al recto
sendero.
Por la ley
de los reflejos, plasmada en el Sello de Salomón, el ser humano (microcosmos)
es análogo a la Divinidad (macrocosmos). Igual percepción tenía Hermes
Trismegisto, en la Tabla Esmeraldina, cuando expresó: -Como es abajo es arriba,
y viceversa. La conciencia del ser humano es una réplica de la del Creador
Universal. La diferencia consiste en que, el ser humano, y los seres de los
demás reinos naturales, están dotados de un poder “potencialmente” infinito y
de un conocimiento “finito” de los valores universales, en cuyo mismo grado se
expresan, primeramente, EL PODER CREADOR,
al afrontar las necesidades y en las pruebas de la vida, y,
seguidamente, por LA GNOSIS, mediante el desarrollo de las propias
aptitudes, así como por la intuición y
la inspiración. El Gran Pedagogo, Dios, habla en la conciencia de todos los
seres, en los cuatro reinos naturales, con el lenguaje de los sentimientos de
los valores universales. GNOSIS y PODER CREADOR, son las dos vertientes
expresadas por medio de la práctica de las principales virtudes: PRUDENCIA,
JUSTICIA, FORTALEZA, TEMPLANZA y BELLEZA.
Quilón, el
Lacedemonio, en el siglo VI antes de nuestra era, dijo: -“Hombre, conócete a ti
mismo, que el estudio propio del ser es conocerse a sí mismo”. Pero,
conociéndose, en sus entes constitutivos de cuerpo, alma y espíritu, y en el
inmenso caudal de poder y gnosis del que es participe, por los atributos
divinos, conoce, automáticamente, a Dios.
Adelante.
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