viernes, 8 de marzo de 2013

COMUNICACIÓN DEL ESPÍRITU DE LUÍS



COMUNICACIÓN DEL ESPÍRITU DE LUÍS

Tomada del libro: LA CIENCIA ESPÍRITA,
de: Manuel Sanz Benito


QUERIDOS HERMANOS:

Los Espíritus que voluntariamente se prueban por justo resarcimiento de sus faltas, se destierran á mundos inferiores de los que proceden, y sufren, además de la nostalgia de la patria que abandonaron, el peso de la cadena material, que les sujeta y les aprisiona temporalmente en un cuerpo que les somete á los más crueles sufrimientos. En tal situación, apenas si le queda tiempo al espíritu para ocuparse del perfeccionamiento intelectual, necesario para conocerse, y trabajar en su mejoramiento.

Hay momentos, sin embargo, en que el espíritu recibe impresiones dolorosas o agradables, y entonces, el sentimiento acumulado durante otras existencias, y por las impresiones recibidas en la dolorosa vida que la tierra facilita, se dilata y rebosa hasta inundar completamente toda el alma y adormecer el cuerpo con los efluvios que brotan del corazón.

Entonces es cuando los recuerdos y las reminiscencias se dejan sentir y llegan hasta vosotros inspiraciones desconocidas que os atraen hacia esferas superiores, donde presentís que existe la realidad de la vida que ha de satisfacer vuestros deseos y aspiraciones.

Estos sentimientos naturales, que pocos hombres pueden experimentar sino en muy determinados momentos, constituyen en otros su existencia normal, y bajo el prisma de los vagos recuerdos y de bullidoras ilusiones se manifiestan todos sus actos y se deleita su inteligencia. A fuerza de sentir, de pensar y de soñar, exteriorizan el sentimiento que frecuentemente les embarga, y bajo múltiples formas representan las ideas sentidas ó soñadas, uniendo al presente el infinito del pasado y el eterno porvenir.

A estos hombres se les llama artistas y tienen entre vosotros
un valor relativo al esparcimiento que producen en el ánimo, al efecto recreativo que producen en los sentidos, y al sentimiento que en los espíritus rudos y refractarios para las sensaciones puras, despiertan las mágicas notas cantadas lloradas por el artista.

Pocos son los que pueden penetrar con el sentimiento é iluminar con la razón: esas son obras que se sobreponen al común de los conocimientos y expresan una belleza superior ä la que los indoctos pueden sentir y conocer. Sin embargo, todo artista que con el pensamiento crea y con el sentimiento embellece, sabe que no se pierden los raudales de su inteligencia, ni de su entusiasmo: los abandona á la posteridad para que perennemente merezcan y refresquen ä las inteligencias superiores que vienen a la carne para sufrir, adormeciendo un pasado de más puras alegrías.

Y qué sería de estos espíritus, sumidos en los dolores materiales y combatidos por las pasiones del cuerpo y los errores sociales, si no existiesen esos monumentos que divinizan a la humanidad y atestiguan su procedencia, indicando los derroteros por los que se avanza hacia la perfección infinita! Por eso se ha reconocido en las obras de arte, no solamente la síntesis de los conocimientos y la más alta expresión de la belleza real que los hombres pueden sentir, sino también la voz de los siglos que canta ä las humanidades la historia de sus dolores y de sus triunfos...

Para vosotros, es también el arte, como expresión suprema del sentimiento y síntesis de la perfección en la tierra, la más sublime manifestación del espíritu, mediante la cual puede elevarse y cernerse en los espacios y sentir más dulces armonías, más brillantes soles, y luces de más variados matices.

Allí, sobreponiéndose a los atractivos materiales, siente espiritualmente la inspiración de espíritus queridos que antes se conocieron y se amaron.

Yo os digo que el sentimiento artístico, revelando perfección moral, es la forma representativa del progreso y el estado en que el espíritu puede más fácilmente comunicarse con los espíritus desencarnados. Por eso se ha creído siempre que el artista recibe inspiración de seres superiores. Antes se dio forma de beldades aéreas a la representación mítica de las ninfas que respectivamente presidían las fiestas en honor de las artes, é inspiraban ä los hombres los más sublimes pensamientos; ahora se desdeñan aquellas creencias, y sin imágenes y sin creyentes hay, sin embargo, inspirados poetas, admirables músicos y notables pintores. Es que no son las creencias las que forman el sentimiento artístico; es el trabajo, que labrando nuestro progreso, nos depura, nos purifica y perfecciona, y el estado de perfección relativa nos da la medida del sentimiento.

Hay muchos espíritus que son grandes artistas porque sienten, y este sentimiento que se condensa y se evapora en el corazón, sin dar forma y representación al pensamiento que engendra, llega ä otras regiones, trasciende a otros espíritus que pueden sentir y apreciar estas formas Intimas del sentimiento y ellos se encargan más tarde de revelar a los hombres el resultado de estos trabajos que parecían ocultos.
¡Qué debe importarnos la forma, el lugar y el tiempo en que nuestros actos tengan resonancia y produzcan efecto! Acaso esas corrientes ocultas que relacionan universalmente todas las inteligencias no producen más actividad, más armonía y más belleza que los actos que se revelan a los sentidos corporales?

De estas formas en que el pensamiento se transmite y los actos se reflejan nos ocupamos actualmente, y creo no haber perdido el tiempo aprovechando la ocasión propicia de vuestra agradable reunión para unirnos con vosotros bajo esta forma hermosa del sentimiento, que al fin será la que nos identifique por toda una eternidad.

Es la manifestación del sentimiento, la aspiración que le anima y le alienta, la más fácil, la más bella y la más apreciada forma de comunicación entre el mundo carnal y las vidas extra-carnales. Este estudio que nos ocupa nos dará explicación sencilla y natural de multitud de fenómenos de comunicación que registran los anales de la historia, y otros muchos que actualmente y en el porvenir han de producirse.

Pero no creáis que la comunicación más delicada y más intensa se produce mediante la inmediata relación de los espíritus: esta manera de comunicarse es torpe, limitada y confusa. ¡Como que los hombres de la tierra entre sí, después de tantos siglos, no han aprendido a comunicarse de una manera directa, clara! Y si de algún modo la comunicación entre ellos llega a conmover y a dilatarse con alguna intensidad y amplitud, es por el arte que frecuentemente une las ideas y los sentimientos para un fin noble y levantado.

Desde aquí, observando tranquilamente, y con la delicadeza que nos permiten nuestros medios de sensación, sentimos constantemente el confuso rumor de notas groseras y discordantes que los hombres exhalan en medio de la baraúnda de ideas, de afectos y de intereses que les mueve y les inquieta. Todos esos rumores se pierden en las capas de la atmósfera, produciendo en las primeras confusos y desacordes sonidos, y en las últimas, el último movimiento de la onda que se amortigua.

De cuando en cuando, rasgan los espacios y se pierden en las atmósferas de otros mundos, ayees del Espíritu y sonrisas del corazón que conmueven las ondas más tenues del éter, avisando a los habitantes del espacio que dos suspiros se cruzan de mundo a mundo para sentirse y comunicarse, confundiendo en este beso interastral de dos almas un mismo pensamiento, acaso un mismo deseo y siempre un amor puro que en todas partes y desde todos puntos acerca a los seres y transmite las más delicadas sensaciones.

Del mismo modo que en la oscura noche las estrellas del firmamento reverberan sus rayos en los átomos líquidos que ruedan suspendidos en la atmósfera terrestre; del mismo modo que vosotros contempláis absortos esos fingidos resplandores, y sentís más fácilmente la inspiración que estos rayos os transmiten; del mismo modo también llegan a nosotros los reflejos de las almas puras que en momentos de expansión que la carne les permite, dilatándose, reverberan los átomos espirituales que llenan los espacios, llevando sus sentimientos y llevándose el aroma de su amor que en forma de inspiración, conmueve y embarga sus sentidos.


Adiós.

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